¿Cómo se incrementaría la competitividad del transporte por carretera?

La Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) ha participado en la Jornada organizada por la Fundación Francisco Corell sobre el Impacto del Transporte de Mercancías en la Competitividad de España.

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En este encuentro se presentó el estudio “La competitividad del sector de mercancías por carretera”, elaborado para la Fundación Francisco Corell por Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus conclusiones permiten conocer cuáles son las principales amenazas para la competitividad del transporte por carretera: existencia de una estructura empresarial atomizada de pequeñas empresas, una múltiple presión fiscal y regulatoria desde diferentes administraciones públicas y una creciente fragmentación del espacio único europeo.
 
El 60% de las empresas sin asalariados
Para la consolidación de un sector del transporte por carretera competitivo, ASTIC considera fundamental que se eliminen las barreras legales, las discriminaciones fiscales y las desiguales cargas sociales que lastran la voluntad de crecimiento empresarial. En 2015, el número de empresas dedicadas al transporte terrestre en España se situaba en 167.000, donde un 60% de las mismas no tiene ni un solo asalariado, lo que nos dibuja un sector muy atomizado de pequeñas empresas, poco competitivas desde el punto de vista de la capacidad económica, técnica y comercial. Baja capacidad negociadora con proveedores, baja productividad por recorridos en vacío, diferencias importantes en costes laborales o las dificultades financieras a la hora de renovar vehículos, son algunos de los problemas a los que se enfrentan. Si lo comparamos con Alemania, con la mitad de empresas de transporte por carretera se atiende a un mercado de transporte de mercancías de más del doble de volumen que el español.
 
Todos con las mismas reglas
En cuanto a la regulación del ordenamiento legislativo, social y fiscal, ASTIC considera que la existencia de diversos regímenes de cotización a la Seguridad Social y Hacienda asociado también a los tamaños de las empresas, afectan en gran medida a los costes de personal, lastrando la competitividad final. Junto a esto, la existencia de decenas de convenios colectivos provinciales distintos (que establecen diferencias notables de más de un 100%) pueden influir negativamente sobre la ubicación final de las empresas. En este sentido, ASTIC propone la unificación de los convenios colectivos y la potenciación de convenios de empresa en función de la situación económica de cada empresa, independientemente de su ubicación geográfica.
Otro aspecto muy importante a destacar son las diferencias entre las condiciones fiscales de la cotización en el Régimen General de la Seguridad Social que soportan las grandes empresas con sus trabajadores asalariados y el Régimen de Autónomos que emplean las pequeñas empresas que operan en el mismo mercado del transporte por carretera.
 
Más dinero para infraestructuras
Finalmente, las empresas afiliadas a ASTIC reclaman una muy necesaria inversión urgente en construcción y mantenimiento de infraestructuras viarias que, por su eficacia de trazados, incidan en la reducción del gasto de combustible, en el mejor aprovechamiento de los tiempos de conducción, reduzcan las congestiones de tráfico y, por ende, en la reducción de emisiones de CO2 al medio ambiente.
 
Un Ministerio de Transporte, ¿la solución?
 Para liderar todos estos retos que fomenten una mayor competitividad empresarial, ASTIC lidera la propuesta de creación de un Ministerio de Transporte, independiente de Fomento, que represente y atienda las necesidades reales del sector y le otorgue la importancia económica y social que ostenta. “Las administraciones harían bien en no forzar artificialmente un cambio modal que nunca llega consumiendo enormes recursos en ello”, aseguró Ramón Valdivia, director general de ASTIC.
Dicho ministerio de transportes, velaría por la armonización de la unidad de mercado, tanto nacional como europea, y vigilaría la adecuación de la inversión en infraestructuras a las verdaderas necesidades de la sociedad en esta materia

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