Para Renault Trucks, la electromovilidad es la respuesta al problema de la calidad del aire y de la contaminación acústica en las ciudades, y una de las respuestas a las emisiones globales de CO2.
La tecnología eléctrica es una solución perfecta para la actividad de recogida de residuos. Los ciclos de utilización de estos vehículos suponen numerosas paradas y arranques (de 300 a 800 por ruta), lo cual conlleva un alto consumo de combustible y emisiones de partículas, además de un desgaste acelerado del sistema de frenado. Los vehículos eléctricos utilizan esencialmente el motor para la desaceleración, reduciéndose el uso de los frenos y las emisiones asociadas. En el caso de un camión diésel Euro 6, las emisiones de partículas debidas a la abrasión (desgaste de los neumáticos y de los frenos) son superiores a las emisiones debidas a la combustión.
[Los camiones eléctricos de Renault Trucks, a punto]
El Renault Trucks D Wide Z.E. de 26 toneladas está equipado con un motor eléctrico instalado entre los ejes, una interfaz que hace las funciones de toma de fuerza y gestión electrónica para elementos del carrozado del camión. La empresa Faun Environnement se ha encargado de la carrocería del vehículo. Ha acoplado una bomba hidráulica a la interfaz estándar para alimentar los sistemas del vehículo y ha trabajado en la optimización de la masa de la carrocería para compensar el peso de las baterías. Asimismo, ha realizado modificaciones en el circuito hidráulico con miras a reducir la contaminación acústica y ha trabajado en la insonorización de la zona posterior para confinar el ruido provocado por la caída de los residuos en el volquete. Estas modificaciones han permitido lograr una reducción de tres decibelios.
Se ha desarrollado con la participación de la Agencia Francesa del Medio Ambiente y de la Gestión de la Energía (ADEME). Los camiones eléctricos Renault Trucks, que empezarán a comercializarse a finales de 2019, se fabricarán en la planta del fabricante en Blainville-sur-Orne (Calvados).
