Pegaso 1083: Por delante de su época

En 1972 Pegaso lanzó una nueva gama de vehículos industriales con cabina cuadrada que cumplía la normativa europea de peso máximo por eje. Había varías versiones disponibles: 1080 de 2 ejes, 1083 de 3 ejes, 1086 de 4 ejes y la tractora 2080). Si duda, era un vehículo muy versátil.

La cabina fija era toda una novedad respecto a los anteriores modelos de Pegaso, que hasta ese momento eran mucho más redondeados. La nueva forma cúbica, diseñada por Aldo Sésamo, proporcionaba mejor visibilidad, amplitud, confort y seguridad para el conductor. Estéticamente conservó la cruz del frontal, (más estilizada), y las bandas laterales, (más anchas). A nivel mecánico se fueron introduciendo mejoras en la motorización, dirección frenos, ballestas y cajas de cambios.
El modelo cabina cuadrada tuvo un gran éxito en el mercado nacional e internacional.  Pegaso abastecía de vehículos al Ejército, organismos oficiales, ayuntamientos, grandes empresas de transporte y al pequeño transportista, también. En este momento las carreteras y campas españolas estaban dominadas por los Pegaso, a los que sólo hacían sombra los Barreritos.
 
Una adelantado a su época
El Pegaso 1083 era un camión de 3 ejes, dos anteriores directrices y uno posterior motriz. Este vehículo estaba especialmente indicado para el transporte de gran ruta (containers, frigoríficos, cisternas etc). Admitía un P.M.A de 26.000kg, (con un máximo de carga de hasta 16.000kg.), aunque es sabido que en aquellos días siempre se cargaba algún kilo de más.
 
El interior de la cabina, que tenía suelo plano, era cómodo tanto para subir (dos  pasamanos ocultos, en el interior), como para bajar de la misma (dos  peldaños). El puesto de conducción resultaba bastante confortable, contaba con trampilla en el techo orientable, calefacción, parasoles y una completa instrumentación.
Además, tenía dos literas, la superior se plegaba y quedaba escamoteada. Entre los asientos, de gran confort, del conductor y del pasajero, (con apoya brazo y reposa cabeza) había un gran espacio por el que se accedía al motor a través de una trampilla. En este camión ya no se encontraba el abultado túnel motor de los anteriores modelos.
La máxima visibilidad estaba garantizada. Los puntos muertos se redujeron gracias a amplitud de sus ventanillas rectas, su parabrisas y los grandes retrovisores rectangulares.
 
Un gran corazón
Este modelo llevó dos motorizaciones diferentes: el Pegaso 1083 con motor de 200cv, cilindrada de 10.518cc, con 6 cilindros en línea,  y el 1083/50 con motor de 260cv  y turbo (KKK- 3HD 454/7,1, con un régimen máximo de 60.000 a 70.000 r.p.m.). Estos motores llevaban 4 válvulas por cilindro, e inyección directa.
El objetivo de la sobrealimentación en los motores era el aumentar la cantidad de aire enviada a los cilindros frente a los motores aspirantes, tal incremento permitía al motor quemar más combustible y consecuentemente aumentar su potencia. La turboalimentación en cambio presentaba notables ventajas respecto al sistema de sobrealimentación a mando mecánico: a igual entrada de combustible permitía un aumento de potencia superior al otro sistema y, en consecuencia, una disminución del consumo específico.
 
Cambio a la bola
La caja de cambios del 1083 era de 4 velocidades, con multiplicador, obteniéndose 8 velocidades hacia delante y 2 hacia atrás. Era el denominado “cambio a la bola”. El pomo se giraba y tenía tres posiciones indicadas por una marca: cortas (hacia la izquierda), punto muerto (centro) y largas (hacia la derecha). Para hacer el cambio de marcha había que hacer el “doble embrague”.
Esta caja de cambios fue un gran avance, frente al antiguo sistema, ya que con una sola mano se podía cambiar de marcha sin que el conductor tuviera  que soltar el volante. Si el cambio no se hacia correctamente no entraba ninguna marcha y  se escuchaba lo que vulgarmente se conoce como rascada. Estos cambios no tienen nada que ver con los que llevan los camiones actuales, más modernos y automatizados. A día de hoy son pocos los conductores profesionales que saben manejar con soltura este tipo de cambios.
 
El sistema de frenos, según su catálogo, era ”extraordinariamente rápido y seguro”. Estaba integrado por: un freno de servicio con mando por aire comprimido por dos circuitos independientes (para ruedas anteriores y posteriores), un freno de emergencia progresivo a voluntad del conductor, un freno de estacionamiento (tipo MGM) y un freno motor por cierre de escape. En su día, estos camiones solían estar equipados con freno eléctrico de fábrica.
 
 
Aún siguen rodando
Hoy, más de 37 años después del lanzamiento de este modelo de Pegaso, todavía se pueden encontrar vehículos de esta gama que se resisten a desaparecer. Algunos de ellos siguen trabajando y rindiendo como el primer día  y otros  se encuentran en buenas manos de particulares, amantes de la marca española, como los hermanos Vila, que los guardan y restauran poco a poco.
El camión Pegaso 1083, amarillo de las fotos es de mi propiedad actualmente. Mi padre, conductor profesional y mecánico, lo estrenó en la empresa para la que trabajó la mayor parte de su vida laboral y muy pronto será reparado y su motor volverá a rugir.

Gonzalo Garós
www.pegasoesmicamion.com
pegasoesmicamion@yahoo.es

  • - Su caja de cambios fue un gran avance frente al sistema que se utilizaba hasta ese momento.
  •  
  • - Hoy, casi cuatro décadas después de su lanzamiento, todavía se pueden encontrar vehículos de esta gama que se resisten a desaparecer.
También te puede interesar