Furgonetas EBRO: Unas pequeñas inolvidables

En artículos anteriores hemos repasado la historia de algunos de los camiones más emblemáticos de Motor Ibérica (EBRO). Los modelos B-35, B-45 y la serie M, entre otros, fueron piezas clave en el sector del transporte de nuestro país. Ahora vamos a recordar su trayectoria como fabricante de furgonetas.

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Las furgonetas EBRO comenzaron su andadura bajo la marca Alfa Romeo. En 1956, se creó una nueva empresa ubicada en Ávila que se encargó de su fabricación: FADISA (Fábrica de motores diesel S.A.). Arrancó con un capital inicial de 80 millones de pesetas, que luego se duplicó, y se tardaron unos tres años en terminar sus instalaciones.
El modelo elegido para fabricar en FADISA fue el Autotutto, que servía para fines comerciales y para el ocio familiar. Con un ligero cambio estético, se comenzó a construir en España la Romeo-2, en un primer momento se ensamblarían los componentes venidos de Italia, y posteriormente también se emplearon algunos fabricados aquí. En sus inicios, este modelo podía montar dos motores: uno diesel y otro de gasolina. El motor diesel era de dos cilindros, de 1.158 cc y 30 CV de potencia a 2.800 rpm. Para la época el consumo era reducido: 7 litros a los 100 kilómetros. El motor de gasolina procedía del turismo Alfa Romeo Giulietta, pero se adaptó para usarlo en esta furgoneta. Era un cuatro cilindros en línea y 1.290 centímetros cúbicos, de 35 CV a 3.500 rpm. Su conducción resultaba agradable, pero los consumos eran elevados: llegaban a los 11 litros a los 100 Km.
Lo curioso de esta furgoneta era su tracción delantera, poco habitual en la época, dejando el resto para mercancías. Podía albergar hasta una tonelada de carga.
 
En 1959, se comenzaron a utilizar los motores Perkins (todavía eran pocas las unidades que habían salido de la fábrica), más potentes y de menor consumo, con 1.621 centímetros cúbicos y 42 CV y fabricados en España. Tuvieron más aceptación que el de gasolina.
Con los años se cambió el tipo de caja cambios (de ZF a la española ISA), así como el embrague y la dirección, que fueron mejorados y reforzados.
Se realizaban varias versiones: chasis cabina, furgón, combi, de pasajeros, ambulancia y caravana.
En 1967 Motor Ibérica,  en cuyo accionariado se encontraba Massey Ferguson, que a su vez era dueña de Perkins compró Fadisa, a pesar de que no había tenido un gran éxito de ventas en los años que fabricó estos modelos.
Alfa Romeo modernizó su modelo, pero en España se fabricó como F-100, en un lado de la carrocería, en la parte delantera, llevaba un escudo que ponía Alfa Romeo Fadisa.
 
MODELO EBRO F-100
Este modelo fabricado por Motor Ibérica contaba con nueve versiones: chasis con cabina, convertible de cinco plazas, plataforma, convertible de 8 plazas, furgón, microbús (normal y lujo), capitoné y ambulancia.
Todas ellas equipaban los mismos elementos: motor Perkins 4/99 con cuatro cilindros en línea, cilindrada de 1.621 cc, y una potencia máxima de 51 cv.  El sistema de distribución era por engranaje y su equipo eléctrico de 12 voltios, una dinamo de 300W. La transmisión era un bloque en conjunto con el cambio (motor, embrague, caja de cambios y diferencial), que tenía cuatro velocidades y marcha atrás, todas ellas sincronizadas.
Las ruedas motrices eran las delanteras. Los semi- ejes eran oscilantes y estaban provistos de dobles juntas homocinéticas, con cojinetes a rodillos y platos de acoplamientos desmontables, de esta manera facilitaban el poder desmontar la caja de cambios.
La dirección era de tornillo glóbico y rodillo con barras provistas de rotulas auto lubricadas. Los frenos hidráulicos tipo Girling (actuaban sobre las cuatro ruedas) y el de estacionamiento y emergencia eran mecánicos. El bastidor estaba fabricado de acero estampado soldado con una excepcional robustez y era común a todas las versiones de la F-100.
La suspensión anterior era con ruedas independientes y ballesta trasversal superior, con brazos trasversales inferiores provistos de rotulas autolubricadas y amortiguadores hidráulicos telescópicos de doble efecto. La suspensión posterior era también de ruedas independientes con brazos longitudinales y con barra de torsión de hojas y amortiguadores hidráulicos.  Las ruedas eran de disco de acero estampado, lo que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora. La capacidad del depósito de combustible era de 35 litros.
Los accesorios que se podían montar en este vehículo eran el calefactor y un lavaparabrisas. Su peso máximo era de 2.400 kilos y podía cargar 1.000 kilos.
Era un vehículo muy maniobrable, que se movía a la perfección por los lugares más angostos de las ciudades, lo que se echaba en falta en esta furgoneta era la dirección asistida porque en ocasiones resultaba difícil maniobrar con el vehículo cargado, aunque lo cierto es que en aquellos años aún no se conocía esta ayuda en la conducción. Estuvo en producción hasta 1971, cuando apareció la EBRO F- 108.

LA FURGONETA EBRO F-108: ¡ESTÁ COMO UN CAMIÓN!
Una cara bonita, ¿no es verdad? Y sin embargo, la furgoneta Ebro F-108 no es solo una cara bonita, no se deje deslumbrar  por esos faros rectangulares de nuestra F-108, ni por los guiños de sus nuevas luces de situación. No permita tampoco, que le impresione demasiado el seguro rodar de sus llantas perforadas y neumáticos radiales, aunque sea atractiva, no es lo más importante, mire dentro, le parecerá que conduce un deportivo, pero usted sabe que es la furgoneta F-108. Todos los instrumentos de control, conducción, están al alcance de su vista y sus manos. Además la F-108 tiene gran visibilidad. Porque a pesar de que está muy bien acabada en todos sus detalles, engulle y engulle carga, como la cosa más natural del mundo. ¡Y es tan cómoda de cargar!.
Déjenos que le mostremos algunas de sus ventajas y que le hablemos de sus proporcionadas medidas:
      – Altura del plano de carga sobre el suelo: 38cm.
      – Forma cuadrada y amplia plataforma de carga (4,5 m2).
      – Máximo aprovechamiento del espacio útil (6,5m3 en el furgón normal y 7,8m3 en el furgón con techo elevado).
      – Acceso directo desde la cabina al compartimento de carga, con separación a toda altura para protección del conductor y ayudante.
      – Puerta lateral y posterior de una hoja, con abertura total.
      – Altura interior adecuada para el desenvolvimiento normal del personal.
      – Su robusta estructura interior.
      – La combi 8, puede llevar cómodamente hasta 8 personas y además le queda espacio para la carga.”
 
Así publicitaba EBRO este nuevo vehículo.
 
En este modelo se colocó un nuevo motor con mayor potencia, un Perkins 4.108, de cuatro cilindros en línea y 1.760 cc con una compresión más alta que la anterior 22/1, desarrollaba una potencia de 57 cv.
La transmisión, suspensión, dirección y frenos eran los mismos que en la F-100, pero puestos al día, todo estaba más mejorado. Los frenos de servicio eran hidráulicos Girling que actuaban sobre las cuatro ruedas, como en la F-100, pero aquí tenías la opción de montar un servo freno con depresor y válvula repartidora que limitaba el esfuerzo de frenado en el eje posterior  de acuerdo con la carga del vehículo. El bastidor y las llantas perforadas también eran iguales.
La estructura en la versión larga estaba dotada de un sobre-bastidor de acero estampado formando por un solo cuerpo con el bastidor principal, sobre el que iban montados independientemente la cabina y la caja. La capacidad de carga seguía siendo de 1.000 kilos.
La F-108 era muy cómoda de conducir, el motor tenía mucho brío y potencia, siendo a la vez fiable siempre y cuando la tratases bien. La caja de cambios era suave y muy cómoda de manejar. La velocidad más apropiada para esta furgoneta eran los ochenta kilómetros por hora, y resultaba idónea para callejear. Aunque su dirección era suave sobre la marcha, seguía siendo dura a la hora de maniobrar.  Los asientos no llevaban suspensión, solo algo de mullido y la espalda se resentía bastante porque ni las ciudades ni las carreteras estaban muy bien asfaltadas.
Aparte de su uso civil también fueron abundantes en el ejército para avituallamiento, ambulancias, microbuses, etc.
Se fabricaron muchas más  unidades que de la F-100, y hasta los años 90 se vieron funcionar por las ciudades españolas. En 1976 se dejan de fabricar al modernizarse y sustituirse por la F-260.
 
EBRO Siata
El modelo F-108 no fue el modelo más pequeño que fabricó Motor Ibérica, fueron las EBRO Siata. Procedían de una empresa carrocera situada en Tarragona, Siata Española, que quebró en el año 72. Motor Ibérica se quedó con sus patentes y comenzó a comercializar la Ebro Siata 40.
Esta furgoneta usaba el chasis y el motor del Seat 600 y algunos de sus elementos interiores. En 1973, cuando Seat anuncia el cese de la fabricación del 600, Motor Ibérica comienza a utilizar el chasis y el motor del Seat 850. En esos momentos la Ebro Siata gana en potencia y agilidad pero no tuvo una vida demasaido larga porque en 1975 Seat anunció que también dejaba de producir el 850.
En ese momento Motor Ibérica optó por utilizar el chasis y el motor del Seat 133.
Motor Ibérica compra Avia en 1977 y este pequeño vehículo vuelve a cambiar de nombre, pasando a ser Avia Siata 50, su producción duro hasta 1980, las últimas unidades usaron elementos del Seat 127.

[Segunda parte]
 
Gonzalo Garós Simal.
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  • La Romeo-2 contaba con tracción delantera, algo poco habitual en la época. La EBRO F-10 tomó su relevo.
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  • La F-108 era muy cómoda de conducir, el motor tenía mucho brío y potencia y ofrecía mayor fiabilidad.
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  • Las EBRO Siata fue el modelo más pequeño que se comercializó. Usaba el chasis y el motor del Seat 600 y algunos de sus elementos interiores.
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